Títol: Programa de recursos para la orientación educativa en el desarrollo de la inteligencia emocional en educación infantil
Edició: 2012
Categoria: Profesional
Autor: Marisol Gracia Antolinos
En nuestra sociedad globalizada se ha valorado de forma pertinaz durante los últimos siglos un ideal muy concreto del ser humano: la persona inteligente. Más recientemente en la escuela se consideraba que un niño era inteligente al que obtiene una puntuación elevada en los tests de inteligencia. El cociente intelectual (CI) se ha convertido en el referente de este ideal y este argumento se sustenta en la relación positiva que existe entre el CI de los alumnos y su rendimiento académico. Sin embargo, en los últimos tiempos se han consolidado otras acepciones más amplias de la inteligencia, como las propuestas por Stenberg, Gardner, Salovey, Martinaud, Englehart, entre otros.
El concepto inteligencia emocional (IE) apareció por primera vez desarrollado en 1990 en un artículo publicado por Peter Salovey y John Mayer. En concreto, la definición más concisa delimita la IE como “la habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y la de los demás promoviendo un crecimiento emocional e intelectual” (Mayer y Salovey, 1997). Daniel Goleman, psicólogo y periodista americano convirtió estas dos palabras en un término de moda al publicar su libro Inteligencia emocional (1995).
Goleman afirma que existen habilidades más importantes que la inteligencia académica a la hora de alcanzar un mayor bienestar laboral, personal, académico y social. De hecho, Goleman ha desarrollado las bases conceptuales de la INTELIGENCIA EMOCIONAL, como una opción del desarrollo humano dirigida a conseguir el éxito personal y profesional en las distintas facetas de la vida, entendido como el logro de la felicidad, la comunicación eficaz con las demás personas, la automotivación para conseguir los objetivos que nos proponemos, para ser constantes en nuestras actividades profesionales, para solucionar los conflictos interpersonales, y dirigida también a adaptamos a las circunstancias, haciendo uso de esa capacidad de conocimiento y manejo de nuestra emocionalidad y de las habilidades empáticas que nos permiten mejorar la comunicación con los demás. Para ello es necesario desarrollar una serie de HABILIDADES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL que no guardan relación con las destrezas escolares, intelectuales o abstractas, sino que forman parte de las capacidades de conocimiento y control adecuados de las propias emociones, y el conocimiento empático de las que expresan las personas con quienes vivimos, y en el caso de los niños, también con sus iguales del entorno escolar y con sus profesores. Es por ello que las HABILIDADES SOCIALES deben vincularse con las EMOCIONALES, de tal modo que las tres dimensiones del comportamiento: pensar, sentir y hacer (respuestas cognitivas, afectivas y conductuales) queden integradas.
¿Por qué con los niños de 0-3 y de 3-6 años?
En los primeros años de vida, en el cerebro humano las conexiones neuronales se forman con mucha más rapidez que durante el resto de la vida. Por lo cual, los procesos de aprendizaje se producen en esta etapa con mayor facilidad que en cualquier otro momento posterior. La primera infancia ofrece una oportunidad única de poner en marcha el desarrollo y educación de las capacidades emocionales y afectivas. Por ello, no es de extrañar que el estudio científico actual de la dimensión afectiva haya contribuido al apoyo de una pedagogía en que la génesis del pensamiento y la inteligencia no son sino aspectos de una interacción global, que encauza, en gran medida, la dimensión afectiva del niño.
El proceso y el momento preciso de desarrollo no es el mismo para cada niño. Los primeros cinco años de vida son un momento crítico en el desarrollo de los niños pequeños. El desarrollo social y emocional temprano de los niños depende de una variedad de factores, incluyendo los genes y la biología (por ejemplo: salud física, salud mental y desarrollo del cerebro) y factores ambientales y sociales (por ejemplo: familia/comunidad, los padres y el cuidado del niño). Estos factores pueden tener una influencia positiva o negativa en el desarrollo de los niños, incluso pueden tener problemas de conducta que les impide adaptarse al entorno que le rodea. Las investigaciones muestran que el desarrollo del cerebro durante los primeros 5 años de vida crea patrones de aprendizaje que pueden durar toda la vida.( California Childcare Health Program- University of California, San Francisco School of Nursing, Department of Family Health Care Nursing, 2000). Un niño social y emocionalmente saludable puede estar listo para empezar la escuela y así, participar completamente en las experiencias de aprendizaje y formar buenas relaciones con los cuidadores y los compañeros (Peth-Pierce, 2000). En estos últimos años, educadores, psicólogos y pedagogos han constatado que el pleno desarrollo de la inteligencia exige también una dedicación especial a estos aspectos. Fruto de esta constatación en numerosos países se han puesto en marcha diferentes Programas de Educación Emocional diseñados con el fin de entrenar y educar a los alumnos en este tipo de habilidades.
Base fisiológica del desarrollo emocional
En la etapa de desarrollo de 0-6 años, los aspectos emocionales juegan un papel esencial para la vida y constituyen la base o condición necesaria para el progreso del niño.
Desde que nace el niño va interiorizando los estímulos sensoriales que va percibiendo del entorno y de las personas que le rodean y que expresan a través de gestos, expresiones faciales y acciones como el llanto, manifestando emocionalmente lo que estos estímulos les provocan. A partir de los 2 años comienza a manifestar emociones cada vez más complejas parecidas ya a las del adulto. Es por eso que se siente orgulloso de sus logros, aunque también vergüenza, culpabilidad, celos, amor, tristeza,…
Greenspan y Thorndike (1997) investigaron las posibles etapas del desarrollo emocional, demostrando que en los primeros meses de vida el niño es capaz de reconocer emociones bien positivas bien negativas.
Incluso al poco tiempo de nacer los niños son capaces de reconocer las emociones de los que le rodean. Pronto, después del nacimiento, los bebés muestran signos de interés, angustia y disgusto, y en los siguientes meses estas emociones se diferencian en alegría, tristeza, furia, sorpresa, timidez y miedo:
Llanto, primera comunicación, para llamar la atención.
La sonrisa, desde el nacimiento muestran expresiones faciales.
Alegría, tristeza, ira y sorpresa, 2º al 4º mes.
Miedo, 5º mes.
Un niño de 8 meses es capaz de diferenciar las emociones de sus padres o su cuidadora, a través de gestos y movimientos, aunque no consiga expresarlo verbalmente debido a su limitación en el lenguaje.
De 2 a 3 años, son conscientes en la elección de las personas y las emociones y las emociones que genera esa relación, (de ahí por ejemplo, que un niño que ha tenido una educadora fría y poco cariñosa, reaccione ante ella con llanto o malestar, hasta que se da cuenta de que hay más personas que le aportan bienestar y abandona la reacción que provoca la actitud negativa de esa persona).
A partir de los 4 años utilizan un léxico emocional mediante términos como: tristeza, miedo, enfado… EL LENGUAJE, será un instrumento con el cual el niño comprenderá la realidad, comunicará experiencias y expresará sentimiento. Desarrollará en consecuencia la Conciencia Emocional. El recuerdo será fuente de emoción, con lo que si las vivencias son agradables, mostrará seguridad y esa seguridad la aplicará a otros ámbitos: social, educativo…
La regulación emocional, será una de las competencias emocionales más importantes de esta etapa, y para ello utilizará el juego simbólico, el cual aporta nuevas formas de expresión del afecto. Es una fuente de descarga emocional, al igual que lo son la expresión artística o “dibujo libre”, el baile y la música, ya que pueden adoptar un estado emocional diferente al suyo. El niño no es consciente de que debe ser él mismo el que debe regular esas emociones así que la principal herramienta reguladora del niño son los padres o el educador/a. El niño busca consuelo y la ayuda del adulto así que la regulación emocional favorece la interacción social con los demás.
Por último en esta edad las Habilidades socio-emocionales formarán parte importante en el desarrollo emocional del niño. Cerca de los 6 años los niños pasan del egocentrismo a desarrollar la relación con los iguales. A medida que aumenta el mundo social del niño, aumenta la intensidad y complejidad de las emociones. La empatía como expresión de las propias emociones, favorece la resolución de conflictos, las conductas pro-sociales, la tolerancia, el respeto, la solidaridad,…
Los amigos serán las personas que le darán seguridad para expresar estas emociones, y para ello es necesario conocer a los demás, comunicarse y ser capaz de expresar sentimientos positivos aunque al principio sea costoso.
Por toda la importancia que tiene todo lo comentado anteriormente acerca de lo importante que es un buen desarrollo emocional en niños de temprana edad como base para su desarrollo, no sólo emocional sino también cognitivo, y junto a la preocupación entre comunidad de padres y educadores en nuestra sociedad, ante problemas de conducta que surgen ya en edad infantil y que se podría haber evitado con un correcto desarrollo de las habilidades emocionales en los niños, se plantea esta propuesta de recursos de orientación educativa con el objetivo de proporcionar pautas metodológicas al equipo docente, adaptadas a cada grupo de edad y con el objetivo de favorecer primero, un bienestar emocional y social de los niños y segundo, ayudar a mejorar la calidad de la enseñanza en edades tempranas, proporcionando una metodología adecuada a educadores y maestros.
No podemos pensar que la escuela por sí sola pueda suplantar las instituciones sociales, sino que como todos los niños concurren en la escuela, esta va a ofrecer un ámbito donde se les puede brindar lecciones de vida. Esta tarea exige dos cambios importantes: que el profesorado comprenda que educar es mucho más que transmitir conocimientos y que la familia y los miembros de la comunidad se involucren más profundamente con la actividad escolar.
El desarrollo intelectual deberá compartir su importancia, en el proceso educativo, con otros aspectos de la persona como son el cuidado de su salud física y mental, su desarrollo emocional y el desarrollo de sus valores. Muchos centros educativos recogen en su ideario, de forma expresa o tácita, la importancia del desarrollo de la dimensión socio-emocional de los alumnos o hace referencia a su educación integral. Pero el reto consiste en encontrar la manera de traducir estas palabras en acciones concretas que desarrollen estos objetivos.
Si dentro de la misión educativa se encuentra reflejado el interés por el desarrollo emocional del alumno y se ha comprobado que un buen desarrollo de la inteligencia emocional influye en el éxito profesional y social de los niños, es importante comprender que no basta con un contenido teórico, que por otra parte es también necesario, sino que debemos prepararnos para desarrollar actividades y una cultura organizacional que promueva el crecimiento emocional de nuestros alumnos, de los docentes y de toda la comunidad educativa. Para ello las actividades y pautas de actuación estratégica educativa de esta propuesta se han realizado en base a las necesidades emocionales y la edad madurativa de cada grupo de niños, donde el educador jugará un papel muy importante puesto que será el transmisor de dichas emociones y el modelo a imitar por los niños, propia de esas edades. Para ello es necesario que educadores y maestros tengan unas habilidades y vocabulario emocional adecuadas (ver anexos).
Respecto al uso de la propia inteligencia emocional los educadores y maestros deberán ser capaces de:
La mayoría de los docentes consideran primordial el desarrollo de las habilidades emocionales para lograr este desarrollo integral del alumno. Sin embargo, a veces se olvida que estas habilidades emocionales, afectivas y sociales deben ser enseñadas por un equipo docente que domine estas capacidades, ya que las aulas son para el alumno uno de los modelos de aprendizaje socioemocionales más importantes (EXTREMERA &, FERNÁNDEZ–BERROCAL).
El uso correcto de la dimensión afectiva por parte del profesor y de la institución escolar constituye la clave para el manejo de las alteraciones emocionales, conductuales y del aprendizaje y una forma de atender a las distintas necesidades
educativas de los alumnos, transformando así paulatinamente las escuelas en ámbitos donde todos los alumnos tengan las mismas oportunidades de progresar.
LAS ACTIVIDADES A DEL PROGRAMA PARA EL DESARROLLO DE LAS EMOCIONES EN LOS NIÑOS SERAN INTEGRADORAS, PUESTO QUE SE APROVECHARÁN RUTINAS, FIESTAS Y EDUCACION EN VALORES PARA ELLO, Y FAVORECERAN LA AUTOESTIMA, AUTODESCUBRIMIENTO Y APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO DEL NIÑO. EN REALIDAD MAS QUE ACTIVIDADES, EL DESARROLLO DE ESTA PROPUESTA SE BASA EN EL DESARROLLO ADECUADO POR PARTE DEL DOCENTE DE ACTITUDES EMOCIONALES DESEABLES PARA TRANSMITIRLAS A SUS ALUMNOS A TRAVÉS DE DIFERENTES PAUTAS DE ACTUACION QUE SE DETALLAN EN EL APARTADO DE ACTIVIDADES. PARA ELLO SERA IMPORTANTE EL VOCABULARIO Y CONDUCTA DE LOS MAESTROS Y EDUCADORES, EL CUAL ESTARA BASADO EN LA ACTITUD POSITIVA HACIA LOS NIÑOS, EL BUEN HUMOR Y EL RESPETO. LA AMBIENTACION DEL AULA TAMBIEN SERA IMPORTANTE PORQUE NO SOLO TENDRA QUE SER BONITA Y CONFORTABLE, SINO QUE EL AMBIENTE SERA RELAJADO, DIVERTIDO Y POR SUPUESTO CON MUESTRAS CONSTANTES DE AFECTO Y CARIÑO. EN CUANTO A LA TEMPORALIZACIÓN HAY ACTIVIDADES UTILIZADAS TODOS LOS DIAS COMO RUTINAS Y OTRAS QUE EL PROFESOR UTILIZARÁ SEGÚN SU PROGRAMACION DEL AULA.
RECURSOS DE ORIENTACION EDUCATIVA PARA EL EQUIPO DOCENTE DE LA ETAPA DE EDUCACION INFANTIL EN RELACION AL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DE SUS ALUMNOS.
Las pautas de actuación y actividades para el desarrollo de la Inteligencia Emocional en los niños de primer y segundo ciclo de educación infantil.
Después del desayuno y cuando esté todo el grupo de niños daremos los buenos días todos juntos con la ayuda de una mascota/marioneta, la cual nos dará los buenos días a cada uno individualmente y nos dará un besito. Ejemplo: “Buenos días, buenos días, buenos días aaaaaaaa….. Martaaaaaaaaaaa” (Muac y besito de la mascota). Mientras vamos cantando los buenos días vamos dando palmas al compás, le da más emoción y a los niños les encanta esa incertidumbre hasta que reciben el beso de la mascota). Otras opciones: hacerlo sin la mascota y pasarnos un abrazo, cada uno se lo dará al compañero que tiene sentado al lado y le dará los buenos días a la vez. Por ejemplo: “Buenos días Pablo” y el compañero le contesta “Buenos días Pedro”, a la vez se están dando un abrazo.
Cuando entren del patio nos relajaremos con música utilizada en musicoterapia, tumbados en la alfombra o en colchonetas en el suelo y con los ojos cerrados o tranquilitos:
Relajación 0-3 años: Serenata Nocturna Minueto de Mozart.
Relajación 3-6 años: Sinfonía nª40 de Mozart.
Relajación para los dos grupos: música Reiki (Fluye la energía, Sonidos de la Inmensidad).
Otras opciones: con los niños de dos años y del segundo ciclo de infantil pueden acostarse encima de la mesa, con los brazos cruzados y la cabeza apoyada encima mientras el encargado de la clase del día va pasando una pluma o brocha muy suave por la frente, la cara y el cuello de los niños. Les encanta ser el encargado de la relajación, se relajan y aprenden a controlar y disminuir el estrés o exceso de actividad.
Cuando salgan y entren del patio ir cantando en fila la canción del “Tren del amor”, apoyando sus manos en los hombros del compañero de delante, o la canción de los colores.
“Súbete en el coche de la risa,¡ ja ja ja!. Súbete en la moto del amor, ¡brum, brum!. Súbete en el tren de la fantasía, súbete en el tren del amor.
Que hace chiki, que hace chaca, que hace chiqui, chiqui, chiqui, chiqui chaka. (En esta estrofa van saltando a la vez que van en la fila cantando).
Que hace chaca, que hace chiqui, que hace chaca, chaca, chaca, chaca chiqui. (En esta estrofa van saltando a la vez que van en la fila cantando)”.
Si todavía no han llegado al patio al terminar la canción se empieza otra vez. Con los niños de 3 a 6, una vez que sepan la canción, la educadora va dirigiendo el tren y cantando con ellos pero dejará que ellos terminen de cantar cada frase de la estrofa, utilizando así el vocabulario emocional que lleva la canción. Por ejemplo:
“Súbete en el coche de la ……., ¡ja, ja, ja!. Súbete en la moto del … , ¡brum, brum!...”.
Otras opciones: es una manera excelente de enseñarle a los niños tan pequeños vocabulario emocional ya que cuando nosotros queramos podemos ir cambiando las palabra de la canción, por ejemplo, en vez del tren del amor, que sea de la amistad, etc. A los niños les gusta mucho cantar porque pueden expresar emociones contenidas fácilmente y descargar tensiones acumuladas durante el día.
Danzaterapia e imaginación en clase: pondremos un baúl o caja con disfraces, ropa, sombreros, etc, ellos elegirán lo que se ponen y cómo se lo ponen, imaginándose que son lo que ellos quieran y bailarán libremente por la clase al ritmo de la música (Mozart: La Marcha Turca, Bodas de Fígaro, entre otras opciones…).
Dedicar un rincón del aula a las emociones: para el primer ciclo poner alrededor de un espejo bits de inteligencia con caras de niños mostrando emociones e invitarlos a mirarse en el espejo e imitar dichas emociones. Para infantil: podemos poner un mural y tener un espacio dedicado para cada dia de la semana forrado de velcro. Los niños dedicaran cada dia unos minutos a pegar el dibujo de la cara de como se sienten ese dia y para ello la maestra dispondrá de un cesto preparado con dibujos de caras plastificado y con velcro para que los niños puedan elegir y pegarlo en el mural
Sesión de creatividad y sociabilidad con los demás: pondremos papel continuo a lo largo de toda la clase sobre el suelo y les daremos colores de varias clases para que dibujen lo que ellos quieran y como quieran. Nos dará la oportunidad de observar qué tipo de dibujo hacen los niños y qué sentimientos expresan a través de él. Otras variaciones son:
Con otros materiales: pintura de dedos, estampación con materiales reciclables (tapones de corcho, vasos de plástico, entre otros …), pegatinas o gomets de varios colores, pintura con dosificador o spray.
Se realizarán talleres con los padres para recibir cada estación: primavera, verano, otoño e invierno. En algunos invitaremos a los padres a participar y en otros le podemos decir a los padres que los preparen ellos proporcionándoles el material para que lo puedan preparar. Por ejemplo, cuentacuentos de otoño, castañada (una mamá se disfraza de castañera y asamos enfrente de los niños castañas, …). En clase podremos hacer otra actividad como coger en el patio hojas de otoño y hacer un mural para decorar el pasillo con las hojas que hemos recogido en el patio o en el parque. Se dejarán a los padres también la iniciativa e imaginación para organizar actividades creativas para el taller).
Se programarán talleres de padres sobre temas que les interesan y pueden necesitar ayuda como por ejemplo cómo actuar si tu hijo es agresivo, niños hiperactivos, cómo establecer normas de conducta en casa sin cohibir su libertad y derecho como niño, etc. Se hará fuera del horario escolar y se hará voluntario. Otra forma de comunicarnos con los padres será por carta en la agenda o simplemente con folletos de interés de información para ellos que les ayuden en las distintas etapas del ámbito escolar: como periodo de adaptación, cómo colaborar con los educadores y profesores para que haya unas pautas comunes de actuación tanto en casa como en la escuela, a fin de no crear inseguridad y confundir al niño ante diferentes situaciones que se pueden dar en la guardería como morder a otros niños, cómo actuar ante las rabietas, por qué no quiere comer…
Cada fin de semana y por turnos cada niño, de cada clase, se llevará la mascota a casa para que hagan cosas juntos y las escriban en el “Libro viajero”, acompañadas de alguna foto. Volverá el lunes y se comentará en clase para que todos vean lo bien que se lo han pasado juntos.
Con ello se pretende que los niños/as se sientan verdaderos protagonistas, compartiendo cosas de su casa con los demás. Que los niños respeten, escuchen y se interesen por lo que les cuenta un compañero, siendo capaces de ponerse en muchas ocasiones en el lugar del otro. Fomentando así la empatía y el desarrollo de valores como: tolerancia, espera, respeto, colaboración…. También es una actividad ideal para que los padres disfruten y participen de lo que se hace en la guardería.
Contar cuentos relacionados con las emociones como “cuentos para sentir” de Begoña Ibarrola o los de educación en valores de la Maestra de Infantil.
Las educadoras y maestras de infantil utilizarán el vocabulario emocional adecuado con sus niños.
Se harán exposiciones tanto para padres como para la comunidad escolar de los trabajitos realizados por los niños de manera que se sientan orgullosos de enseñar sus logros, así como también de los trabajitos hechos en casa con papá y mamá, por ejemplo, la decoración de una máscara para carnaval.