En mi afán de ir más allá, desde hace un par de años vengo implantando unas sesiones de orientación para mis alumnos de Ciclos, de forma voluntaria, en la que nos sentamos los dos solos para hablar de la vida, de los estudios, de los compañeros, de sus ilusiones, del trabajo futuro y poder conocernos un poco mejor que desde un aula con 30 personas.
A los alumnos los cito por correo electrónico y les pido confirmación, para aprovechar al máximo el tiempo dedicado semanalmente a esta actividad. De manera que si alguien, por el motivo que sea, no lo pregunto, no acude, que su sesión sea aprovechada por algún compañero que sí lo necesite.
Toda la información es recogida en un software específico, de cosecha propia, desde el que hacemos un seguimiento de notas de asignaturas, sesiones anteriores, inquietudes, los deberes que se mandan de una sesión para la siguiente y todo tipo de información relevante.
El objetivo principal es que estas personas que están en proceso de crecimiento, más emocional y espiritual que físico, lleguen a entender que cualquier cosa que se propongan, lo pueden conseguir, pero siempre, siempre siendo buenas personas. Queremos convertirlos en buenos informáticos, pero eso no es posible si no son buenas personas.
Nuestros alumnos de Ciclos con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, de todo tipo de procedencias, credos, religiones, orientación sexual, ...
Crear una sociedad con buenas personas. Eso arreglaría casi todos los problemas importantes de este mundo en el que vivimos y en el que viviremos.
Conversaciones: hablar, escuchar, comprender, ...
Y mucha empatía.
Personas, una mesa, dos sillas, un rato tranquilo.
También, para dejar constancia de todo lo acontecido, un software específico para registrar todo lo hablado, lo interesante, lo que hay que mejorar, ...
Cursos completos, de septiembre a junio, 10 sesiones individuales por semana
Al llevar poco tiempo, estamos más por la recogida de datos que por la evaluación de los datos.
A nivel personal de cada alumno sí que evaluamos de uan sesión a otra, para ir mejorando pautas, comportamientos, tareas, etcétera.
Siempre teniendo en cuenta la realidad que rodea a cada alumno: estado de ánimo, familia, amigos, parejas, ilusiones, problemas, ...
Que hay mucho por hacer, que hay que seguir creciendo, que no solo es meter en las cabezas matemáticas o informática. Hay que enseñar a ser personas, buenas personas, preocuparse por el prójimo, el compañero, la madre, el padre, el hermano, el vecino, la persona que pide ayuda en la calle, y el que no pide también, tender puentes, la mano, que hay que vivir y que podemos vivir todos bien, pero tenemos todos que poner de nuestra parte.